El eficiente y largo trabajo de PSE formando a la juventud camboyana es valorado a nivel mundial. Y no sólo eso, sino que también es admirado su amor y dedicación por el país. El motivo del éxito de los campamentos de verano cada año se debe al extenso entrenamiento interactivo al que se someten los monitores europeos.
«Sed buenos entre vosotros. Cuidad de vosotros mismos y recordad que vida sólo hay una»
Marisa, fundadora y presidenta de PSE España.
Durante la semana previa al comienzo del campamento, PSE organiza una semana de entrenamiento en la que los voluntarios tienen la oportunidad de conocerse algo más entre ellos e ir descubriendo las actividades relacionadas con sus respectivos programas. Aprenden sobre la cultura jemer y a convivir con otros. Valores que llevarán consigo toda la vida, pero que, sobretodo, sacarán a relucir mientras dedican su tiempo, energía e ideas a cientos de niños durante las siguientes semanas; una fantástica idea. Crear confianza entre monitores y una mayor comprensión de la historia camboyana, todo para hacer de esta experiencia lo más enriquecedora posible tanto para los voluntarios europeos como para los niños jemeres.
Cómo explicar un juego a los niños jemeres
Cada coordinador organizó juegos de formación para sus respectivos monitores. En uno de estos grupos, por ejemplo, el coordinador pedía a su equipo que pensara una actividad que les gustaría realizar con los niños del campamento. Una vez ideada, debían explicar el juego valiéndose tan sólo de gestos, no de palabras. Uno a uno, cada miembro interpretaba las reglas de su actividad con lenguaje corporal y movimientos simples. ¿El propósito del ejercicio? Enseñar a los monitores a explicar un juego a niños que hablan una lengua completamente distinta. Gran parte fueron un éxito, otros no tanto. Un buen baño de realidad para algunos voluntarios que ahora deberán tratar de simplificar sus actividades de cara al programa de verano.
Juegos de rol, valores e historia camboyana
Otra parte relevante de la formación que organiza PSE cada año son los juegos de rol, enfocados especialmente hacia la honestidad. Los monitores se dividen en grupos y se les proporciona tres historias distintas. Cada equipo debe, entonces, buscar una forma de interpretar estas historias frente al resto de voluntarios. Todos los relatos orbitan en torno a los valores por los que vela PSE.
La primera de las historias trata sobre el pasado de Camboya, aportando a los monitores conocimiento sobre el país y su situación actual. La segunda gira entorno al trabajo en equipo y a vivir en sociedad, un juego llamado «Todos, alguno, cualquiera y nadie». El tercero es la enseñanza de Sócrates sobre los tres filtros y el daño que ocasiona expandir rumores y mentiras; ¡Valores que deben tenerse muy en cuenta cuando cientos de voluntarios van a convivir bajo el mismo techo durante tres semanas!
Marisa dio un discurso directo al corazón que dejó a los monitores con los sentimientos a flor de piel y miradas pensativas. Unas palabras repletas de amor, suerte y un recordatorio de por qué están aquí: para ayudar a los niños a pasar un verano inolvidable, alejado de la dura realidad que viven en sus casas.
Este año, la semana de formación trajo consigo un gran fin de semana en Kep, una provincia del sur de Camboya en la que los voluntarios pudieron relajarse, compartir anécdotas y descubrir una parte nueva del país que los acoge. Todos los monitores, así como los coordinadores y la administración de PSE durmieron en Don Bosco, una escuela de formación profesional. Igual que ocurre en en la sede de PSE de Phnom Penh, los voluntarios duermen en clases que utilizan estudiantes de PSE durante el resto del año. El centro estaba lleno de estudiantes, realizando cursos como hostelería o cocina. Los monitores tuvieron que respetar las normas de la escuela en cuanto al máximo de decibelios permitidos al caer la noche, pero también tuvieron la oportunidad de hablar con los estudiantes que siguen el modelo educacional de PSE, una gran experiencia para ambas culturas.
«¡La gente está unida y pasándolo en grande!»
Anna, veterana del Programa de Verano de PSE de 2017.
¡Vaya fin de semana! Los monitores llegaron conociéndose vagamente entre ellos y se fueron con un sentimiento común de fatiga y expectación.
Parte importante de estos días consistió en descubrir el mercado de comida más grande de Kep, donde tuvieron lugar reuniones de grupo de los distintos programas. Desde plátano frito bañado en pitahaya roja, hasta pescado y otras frutas exóticas, todo el mundo probó cosas nuevas. Una gran forma de conocer en profundidad el equipo con el que trabjarán las siguientes semanas, mientras exploran las peculiaridades de la cocina camboyana.
Después del mercado, el equipo de PSE se dirigió a la playa en cinco grandes autobuses. Diversas canciones y bailes dieron paso al gran Peter Pan en la playa de Kep, un juego de persecución. Doscientos monitores, tres equipos y un divertido terreno de juego. No es difícil imaginar lo entretenida que fue la tarde. Sin duda, otra de las formas con las que PSE logra unir a todos sus voluntarios es con juegos que generen espíritu de equipo.
¡La semana de formación es fundamental! Une, enseña, marca y le aporta a cada monitor un pensamiento correcto y motivador frente a las tres semanas de duro trabajo y diversión que les espera.