Tras un gran fin de semana en Kep, llega el momento en el que los monitores deben decir adiós a aquellos compañeros destinados a Sihanoukville y Siem Reap. Debido a la gran distancia, no se volverán a reunir hasta el final de las tres semanas. La gran mayoría de voluntarios son destinados a la central de PSE en Phom Phen. Allí, dormirán en once grupos distintos y trabajarán, a su vez, en once subprogramas, todos localizados en torno a la capital; Central, Teenagers, Pensionnaires, Kindergarden, Handicapped, Smile Village, Takhmao, Phum Russei, Sen Sok, Veal Sbov and Oberk ka Orm (OBK).
Los otros cuatro campamentos están ubicados en Sihanoukville y Siem Reap; entre ellos se incluyen un centro de servicio comunitario en Sihanoukvile, una escula pública en Siem Reap y los dos centros principales de PSE en ambas localizaciones.
De vuelta a PSE después de formarse en Kep, los voluntarios se reúnen con sus grupos para comenzar un entrenamiento más detallado después de haber sido ubicados en diferentes subprogramas. Una formación que profundiza más en cómo elegir las actividades y cómo asegurarse de que los niños se diviertan. ¡Sólo quedan unos días antes del inicio del Programa de Verano, donde miles de niños cruzarán corriendo las puertas de todos los centros de PSE!
La integración es clave
PSE cuenta con un equipo aún más grande de monitores camboyanos, que realizan la misma función que ellos, de modo que organizarán juntos las actividades y les ayudarán a comunicarse con los niños. En un entorno diferente al que están acostumbrados, los europeos aprecian encarecidamente la ayuda de los jemeres. Esta integración es una necesidad y una decisión respetada por todos, al mismo tiempo que crea un lazo entre ambas culturas.
Los monitores jemeres ayudan a organizar actividades y comparten la misma responsabilidad en las etapas de planificación y desarrollo de los juegos. Lo más destacado de esta iniciativa es, en primer lugar, integrar a camboyanos en el Programa de Continuidad Escolar y acercarlos a los niños con más necesidades. En segundo lugar, esta decisión origina la integración de las dos culturas, aportando más valor y calidad a cada programa.
«¡Estoy muy ilusionada pero también muy nerviosa!» Phim, pensionnaire el año pasado, monitora en 2018
Lo más destacable de esta iniciativa es, posiblemente, la presencia en este departamento de jóvenes jemeres que, en su infancia y juventud, han pasado por la organización, ya sea estudiando en alguno de sus centros o formando parte de sus campamentos de verano. Un claro ejemplo de empoderamiento y cambio es la historia de Phim, ¡pensionnaire el año pasado, monitora en 2018! Ver su cara de felicidad y orgullo al poder ayudar a los niños jemeres es algo precioso que PSE ha ayudado a crear. Este año, al cumplir los 16, tendrá por primera vez la oportunidad de serlo y entretener y ayudar a cientos de niños del mismo modo que otros voluntarios hicieron con ella como pensionnaire durante años. ¡Phim comienza en OBK sus tres semanas de diversión!
Orgullo de equipo
Una de las mejores cosas de PSE es el hecho de que los voluntarios pueden entablar amistad con gente de una cultura completamente diferente. Parte de esta amistad se forma durante el diseño y confección de las banderas de cada programa. Después de una reunión en una calurosa tarde de sábado, los monitores jemeres y europeos se reunieron por primera vez en la T1, una gran sala utilizada para reuniones y flash mobs.
«Intentad olvidar todo a lo que estáis acostumbrados. Vuestra comodidad, vuestra comida. Cuando estéis aquí, concentraos sólo en los niños y nunca olvidéis hacerlos sonreír» Gabi, veterano del Programa de Verano de 2017
Se dieron lugar varias charlas en las que se contó en detalle todo sobre los diferentes subprogramas y el papel que desempeñará cada uno dentro de de ellos. Gabi, veterano del año pasado, dio un hermoso discurso acerca salir de la zona de confort y sumergirse de cabeza en esta aventura.
Además de los muchos bailes que muchos memorizaron aquel día, todos tuvieron la oportunidad de conocer a Fernando Alonso, fundador del programa con su esposa Marisa, que puso en perspectiva el importante trabajo y la gran responsabilidad que todos acarrean al unise al Programa de Continuidad de PSE.
Juegos y la primera comida en la cantina precedían una expedición a las distintas localizaciones donde cada grupo pudo echar un primer vistazo a su casa durante las siguiente semanas.