LYHEANG HENG: DE VENDEDOR CALLEJERO A COCTELERO EN UN HOTEL 5 ESTRELLAS

Lyheang Heng es coordinador del Programa  de Continuidad Escolar para teenagers en la central PSE, en Phnom Penh. Nadie mejor que él para desempeñar este encargo, pues ha compartido el mismo pasado de precariedad y dureza que los adolescentes a los que coordina. Él es y siempre será un modelo inspirador para la juventud camboyana, que ha crecido con el sueño de conseguir un buen trabajo y la esperanza de tener un futuro digno.

«Cuando era un niño, no trabajaba en el vertedero, sino que tenía un trabajo similar encontrando plásticos y latas para vender en la calle»

De la calle a PSE

Cuando Lyheang Heng tenía 11 años, vivía en la capital camboyana, Phnom Penh y vendía trozos de tejidos que encontraba en la calle. Era su única manera de ayudar con los gastos de casa, ya que su familia no tenía apenas dinero.

Un día, mientras vendía en el Olympic Market de Phnom Penh lo que buenamente hubiera encontrado, se topó con el equipo de trabajadores sociales de PSE. Su trabajo consiste en encontrar niños como él que necesitan ayuda porque son demasiado jóvenes para trabajar, han abusado de ellos, han sido rechazados o son demasiado pobres y viven en muy malas condiciones.

“Llegué a ser parte de la familia PSE”

Le preguntaron si quería estudiar y una semana después ya estaba en la escuela. Le dieron arroz a cambio de lo que iba a dejar de ganar y su vida empezó a iluminarse. Empezaba a sentirse finalmente como un niño normal, aunque la forma en la que se había criado hasta entonces había socavado su motivación para estudiar. «Me entretenía jugando en la calle. No me importaban mucho las notas», comenta. Cuando cumplió los 17 años, entró en PSE como estudiante, lo que marcó el comienzo de un nuevo y positivo capítulo en la vida de Lyheang.

Eres lo que te rodea

“Cuando entré en PSE, era tímido y me daba vergüenza porque todo el mundo estudiaba mucho y a mí no me importaban nada los estudios en ese momento» 

Crecer en un entorno desfavorecido, donde nadie te incentiva para conseguir algo mejor, ya que se considera esa idea demasiado alejada de la realidad, tiene un efecto nocivo en aquello de lo que te crees capaz. Lyheang creció en una familia analfabeta, incapaz de enseñarle que tenía posibilidades de mejorar su situación, pero rápidamente su punto de vista empezó a cambiar cuando se unió a PSE.

“Quería hacer algo por mí y dejé de tontear»

La ONG ofrece seguridad y un entorno educativo estable para los niños que más lo necesitan a lo largo de todo el año. «La mejor educación para los niños más pobres» es el eslogan que más repite la cofundadora y presidenta de PSE España, Marisa Caprile. Lyheang se encontró a sí mismo rodeado de estudiantes que querían prosperar y que eran conscientes de que se les estaba dando una oportunidad para conseguir una vida mejor.

“Muchas veces echaba de menos a mis amigos, pero aún más quería encontrarme a mí mismo, estar concentrado»

El mal estudiante se convirtió así en un competidor nato. Competía consigo mismo para obtener las mejores notas y ser el mejor de su clase. Un año después de entrar en la escuela de PSE, ya era el número dos de la clase de francés y el número uno de la clase de conocimiento general. ¡Cada vez sentía más curiosidad sobre cualquier cosa!

De las buenas notas al talento

Lyheang, de 27 años, durante una demostración de creación de cócteles

Lyheang rememora un bonito momento con su madre. Cuenta que, puesto que ella no tuvo tiempo, ni medios para estudiar cuando era joven, no entendía el valor, ni  el uso de tener buenos resultados académicos.

“Ella me miraba sin entender nada. Le tuve que explicar que si tenía notas altas, ¡eso era bueno!» 

Cuando su madre se dio cuenta de que estaba prosperando en el colegio y que probablemente iba a tener una vida mejor de la que ella iba a ser capaz de ofrecerle, estuvo extremadamente orgullosa de él. Su hermano y sus dos hermanas también entraron en PSE, llevando así nuevas esperanzas de felicidad al futuro de toda la familia.

“PSE ofrece dirección y orientación a tu talento. Sin PSE nada hubiera sido posible» 

Tras aprobar la clase preparatoria, Lyheang avanzó al siguiente paso: la clase sobre habilidades, donde se especializó en formación profesional durante dos años. «Soy amable y trabajador, así que fui a la escuela de hostelería», dice sonriente. Se graduó en 2014 con inmejorables resultados. Recuerda lo inspiradores que fueron los profesores y cómo le hicieron alcanzar su potencial a través de métodos pedagógicos positivos, que le hacían creer en sí mismo. Papi y Mamie, como se conoce a los fundadores de PSE, Christian y Marie-France des Pallières, también fueron increíbles motivando a los estudiantes.

“Papi y Mamie daban  grandes discursos motivacionales y siempre conocían a los estudiantes y conectaban con ellos»

A los 22 años, Lyheang dejó PSE con una diploma de formación profesional y empezó un nuevo capítulo en su vida, el laboral. 

Responsabilidad y prosperidad

Vista aérea del hotel 5 estrellas Rosewood, en el que actualmente trabaja Lyheang

Lyheang tardó un poco en adaptarse y aplicar las habilidades adquiridas en clase al implacable mundo laboral. Después de trabajar como camarero en distintos establecimientos, siguió aprendiendo y mejorando. Ahora, trabaja como barman principal en la barra de uno de los diez mejores hoteles del mundo, el Rosewood de Phnom Penh, que cuenta con 5 estrellas. Él explica orgulloso en qué consiste su labor:

«Requiere cuidado e higiene, unos buenos vasos de cristal, hielo, desarrollar tus dotes de barman y entrenamiento preparando cócteles»

Lyheang, disfrutando mientras trabaja

Ha asistido a eventos donde los camareros comparten sus técnicas para preparar cócteles y ya ha ganado tres competiciones. La primera, de elaboración de cócteles, que tuvo lugar en Malasia, donde llegó a la final. Después, se llevó la medalla de oro en el Concurso Nacional de Camboya de Restauración como barman y, finalmente,  ganó un concurso de camareros expertos en preparar café que le llevó hasta Corea del Sur para participar en la final. ¡Menudo viaje y qué logro!

“Sin PSE, ahora quizás sería ‘gerente’ de la calle, no de un bar»

Lyheang menciona constantemente su agradecimiento hacia PSE por el esfuerzo altruista que realiza para transformar las vidas de los niños y darles expectativas esperanzadoras de cara al futuro. Durante los años que pasó en PSE, descubrió que la nueva generación de camboyanos necesita ser dotada con más oportunidades, confianza y habilidades que les permita optar a un buen trabajo.

Planes de futuro

Años después, Lyheang vuelve a PSE, donde todo empezó

“Lo que podéis hacer cuando consigáis una vida mejor no es sentir que nos debéis algo. Tan solo recordadnos y recordad PSE»,
Christian y Marie-France des Pallières

Lyheang tiene muchas metas que le gustaría alcanzar en el futro. Sus ojos brillan cuando describe algunas de ellas. Primero, le gustaría ser un barman titulado y trabajar en América. Un sueño que puede hacerse realidad gracias a la ayuda de Steven Slaughter, un empresario norteamericano que es dueño de cuatro hoteles en Estados Unidos y a quien Lyheang conoció haciendo voluntariado en Phnom Penh.

“ Quiero dar a PSE todo lo que pueda desde el corazón y no pedir nada a cambio”

En segundo lugar, le gustaría volver a Camboya para compartir su conocimiento y las destrezas adquiridas con los estudiantes de PSE y de otras ONG. Un sueño que ya ha comenzado al haber trabajado como monitor para el Programa de Continuidad Escolar en 2009 y 2010. En 2011, tuvo más responsabilidad pues se convirtió en coordinador y, este año, también coordina el subprograma de Teenagers durante una semana. Suele decirle a los estudiantes:

“Cuando acabéis vuestra formación en PSE, aún no seréis profesionales., pero ya estréis listos para llegar a serlo» 

Lyheang Heng es un boyante profesional. Una vida que empezó en la calle ha resultado en una vida llena de logros y posibilidades. Lyheang es un joven optimista, fuerte y feliz. Su esfuerzo en el trabajo y su perspectiva positiva no existirían sin la pasión y el apoyo de PSE. Cualidades que él mismo ha ganado y que espera traspasar a las futuras generaciones de su país.