SIEM REAP, DISTINTAS PROCEDENCIAS, MISMO PUNTO DE ENCUENTRO

No muy lejos de los templos de Angkor, el mayor recinto religioso del mundo y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1992, se encuentra uno de los centros PSE donde también se desarrolla el programa de verano. Se trata del subprograma Siem Reap, que junto con el que se halla en Aranh, permite a los niños de esta región que disfruten el mes de agosto de un entorno seguro y lleno de entretenimiento.

Un lugar casi divino

Llegada de los autobuses al centro de Siem Reap
La frondosidad que rodea a centro PSE de Siem Reap hace único a este subprograma

Puede que la cercanía a un lugar tan especial como Angkor influya de alguna manera, pero el centro PSE en Siem Reap tiene un incuestionable encanto. Árboles y plantas en grandes macetas cercan los caminos que llevan al edificio principal, donde se encuentra la sala techada, aunque abierta con una decorativa balaustrada. Es la habitación común donde los niños bailan, comen, meditan o duermen.

Los niños se divierten con el agua
Los niños se divierten con el agua desde la balconada

Muy próximos, se encuentran los edificios donde descansan los monitores por las noches, doce europeos y otros tantos jemeres. Juntos comparten todas las horas del día durante varias semanas, lo que les convierte en un auténtico equipo maestro en la convivencia que, además, disfruta acogiendo a los invitados. Es el caso, del nuevo médico voluntario español y profesor de la Universidad Camilo José Cela, Miguel Ángel, que admite sentirse como en familia, pese a que sólo pasará unos días con ellos.

Algunos monitores del equipo de Siem Reap
Algunos monitores del equipo de Siem Reap durante la water party, incluido su coordinador, con camiseta blanca

Casi cuatrocientos niños a diario

Un puesto privilegiado para ver los juegos olímpicos

Al desaparecer el centro que existía en Prey Thom, una población cercana, los niños que antes acudían a él, cerca de doscientos, ahora llegan en autobús al centro de Siem Reap. A ellos se suman otros sesenta procedentes de los suburbios más pobres y el mismo número desde las aldeas cercanas. Estos últimos no necesitan transporte, pues se desplazan en bicicleta o andando desde sus casas. Son los niños que más tiempo pasan en este centro, pues habitualmente alargan su estancia un poco más cada día, para compartir tiempo con los monitores.

Juntos comparten todas las horas del día durante varias semanas, lo que les convierte en un auténtico equipo maestro en la convivencia

Alexis, coordinador del subprograma este año y el pasado, recuerda con cariño el día que otros voluntarios y él jugaron al fútbol con los niños de las casas cercanas mientras el monzón no perdonaba y les calaba hasta los huesos. “Fue un momento muy especial”, evoca con ternura.

Adriana sostiene a Sreyphim después de la siesta
Adriana sostiene a Lili, feliz después de la siesta

Alexis y sus compañeros monitores se encuentran, en definitiva, con prácticamente cuatrocientos niños diarios divididos en dos turnos, pues muchos de ellos combinan el programa de verano con el colegio al que asisten la mitad de la jornada. Cuando los autobuses llegan para dejar a los pequeños de la tarde, los del turno de mañana se despiertan de la siesta y vuelven a su vida fuera de PSE. El reto: llevar a cabo todo esto ordenadamente.

Una niña iza la bandera
Una niña iza la bandera ante la mirada y el respeto de los demás

Un equipo muy capaz

Y el orden llega, pese a que todo apunte lo contrario. Niños del turno de mañana y de tarde llegan a coincidir, sin interrumpirse y todos son recibidos y despedidos en los autobuses con alegría y organizadamente, al más puro estilo PSE. Alexis, que comparte la coordinación de Siem Reap con su compañera jemer Sreypov, está muy contento con su equipo.

“Mi responsabilidad es enseñarles cuáles son las posiciones estratégicas en cada momento para que podamos tener a todos los niños bajo control. Una vez que confían en mí y comprueban que funciona, ya tengo todo ganado”, Alexis, coordinador del subprograma

En Siem Reap central y en Aranh, el otro subprograma de verano de PSE en esta región, los coordinadores están preparados para afrontar cualquier desafío, pero su labor sería mucho más difícil sin la ayuda de los miembros del equipo camboyano de Servicios Sociales, dirigidos por Mr. Sara. Ellos, entre otras tareas, echan una mano a los monitores con las listas de asistencia, una tarea tediosa, pero necesaria para entregar cada viernes la “compensación de arroz” con la que las familias de los niños que han asistido al programa tres o más días de esa semana son premiadas.

Feliz durante la «chocua», palabra jemer para referirse a fila

Imprescindible es también la logística aquí, como en todos los centros que participan en el programa de verano. En Siem Reap, además de la complejidad del transporte y otros quehaceres habituales como pagos o compras, se une la tarea de organizar a los voluntarios para que cocinen su cena y entreguen la lista de la compra a tiempo.

“En Siem Reap, además de la complejidad del transporte y otros quehaceres habituales, se une la tarea de organizar a los voluntarios para que cocinen su cena”, Jorge, responsable de logística en los dos subprogramas de la zona.

Adriana, una de las voluntarias que ya ha realizado esta tarea comunal y que acompañó al mercado a la cocinera jemer de este centro, se quedó maravillada ante la visión de un auténtico mercado local jemer, repleto de alimentos inéditos para ella, con su peculiar presentación.

Bendita locura

Monitores y niños gozan en la fiesta del agua
Monitores y niños gozan por igual en la fiesta del agua, cualquier sistema es bueno para lanzarla

Visitar la central PSE de Siem Reap el día adecuado puede estampar en la retina del visitante a decenas de niños y monitores completamente empapados, riendo a carcajadas, mientras lanzan agua a quien pasa por delante. Es el día de la water party o fiesta del agua, pero lo cierto es que todos los días ocurre algo especial que pretende despertar la implicación de los niños.

Final de fiesta
El final de fiesta se hace por todo lo alto y con una buena sonrisa

Los viernes, por ejemplo, tienen lugar las Olimpiadas, distintas competiciones deportivas en las que los niños compiten por equipos y que prácticamente todos los centros del programa de verano ponen en práctica, aunque cada uno le da su toque especial. Es el caso de Aranh, el otro subprograma en Siem Reap, al que está dedicada la próxima entrada y donde también saben cómo organizar unas buenas olimpiadas al estilo PSE.

Un día en el camp