CENTRAL, LA ESENCIA DE PSE – Patrocinado por Fundación Pelayo

Tras conocer algunos de los subprogramas de verano, aproximarse a Central supone dar con el modelo en el que muchos de ellos se miran. Central es el de mayores dimensiones. En torno a mil niños, de entre 4 y 14 años, asisten a diario en dos turnos, aunque se han llegado a superar los mil trescientos niños en el mismo día. Una buena noticia, sin duda, porque más niños tienen la oportunidad de disfrutar del programa de verano y, con suerte, les motivará para asistir al colegio durante el año escolar, si corrían el riesgo de no hacerlo.

El equipo más numeroso

El equipo de Central
El equipo de Central, compuesto por más de 80 monitores

Para dar cuenta de tantos niños, Central dispone de 33 monitores europeos, incluyendo a los dos coordinadores, y aproximadamente unos 50 monitores jemeres, entre ellos otros dos coordinadores. Aparte, hay que sumar unos cinco voluntarios jemeres, habitualmente estudiantes residentes de PSE que desean participar en el programa de verano y ayudar a niños más pequeños que ellos.

Dos monitoras de Central
Hay muchos encuentros cada día, al ser un grupo tan grande

Aproximarse a Central supone dar con el modelo en el que muchos de los centros que participan en el programa de verano se miran

En Central, se establecen desde el principio veinte equipos de mañana y otros tantos de tarde, formados por cerca de treinta niños cada uno, para realizar muchas de las actividades, aunque otras como la yincana o la feria se organizan uniendo a todos los niños.

Juegos acuáticos
Los juegos acuáticos son los preferidos por todos los niños

El atractivo de Central

Luis, coordinador de Central
Luis, coordinador de Central, con un niño del centro donde fue coodinador el año pasado

Para Luis, uno de los coordinadores de este subprograma, es su cuarto año en el Programa de Continuidad Escolar de PSE, y el segundo en Central. Los años restantes estuvo en centros de tamaño más reducido.

«Es importante conocer a todo el personal implicado para solucionar cualquier situación, lo que involucra a más gente que en un subprograma de menos magnitud», Luis, coordinador

Ya que cuenta con ambas experiencias, admite que puede resultar más complicado coordinar un subprograma tan amplio como Central: «Es importante conocer a todo el personal implicado para solucionar cualquier situación, lo que involucra a más gente que en un subprograma de menos magnitud». Igualmente, se reducen las posibilidades de conocer de cerca a todos los pequeños, aunque esto no impida la cercanía con ellos. Todo depende de la voluntad y de la pericia de cada monitor, además de su memoria, como aclara él mismo.

Una monitora lleva a caballito a una niña
Aunque parezca complicado, es posible llegar a encariñarse de los niños en Central

José, el otro coordinador europeo de Central, lleva más años repitiendo en este subprograma y confiesa que tratar con muchos niños tiene su encanto. De hecho, es capaz de recordar la historia particular de algunos de los niños que conoció en su primer año de monitor. Ra y su hermana Tiem, que es pensionnaire son solo dos ejemplos.

Jose, coordinador de Central, con un niño en brazos
Jose tuvo que irse una semana antes de que acabara el programa de verano

En la misma línea, Pelayo, que sustituye a José como coordinador la última semana del programa, también destaca sus ventajas:  «Puedes realizar actividades a gran escala con todos los niños, o dividirlos en grupos más pequeños y hacer otras totalmente diferentes».

Pelayo bailando con los niños
Bailar es una parte importante del programa de verano y Pelayo lo sabe

Como ejemplo de las primeras, menciona la que organizaron hace unos días: «Encuentra al monitor», en la que 30 monitores europeos se escondieron por todo el centro mientras los niños se divertían tratando de dar con sus escondites. Para Pelayo es también su segundo año en Central y le encanta ser reconocido por tantos niños: «El verano pasado realicé una actividad en la que llevaba una careta y aún hoy la mayoría de los niños lo recuerda. Es emocionante».

Más trabajo, el doble de satisfacción

Dos niños con camisetas similares
¡El trabajo es doble si los niños traviesos se multiplican!

Es evidente que Central vibra y está activo durante gran parte de la jornada y eso implica mucho esfuerzo y poco descanso por parte de los monitores asignados a este subprograma. Luis comenta, sonriendo, que la aplicación de móvil que mide su actividad física registra cada día unos 22 km de media, todos dentro del centro PSE. Los voluntarios que asisten a los coordinadores también reciben más responsabilidades en Central. Es habitual que el coordinador tenga que ausentarse del terreno de trabajo en ocasiones, por lo que la supervisión de su asistente es vital.

Los niños ven en asistir al programa de verano una escapatoria a la rutina y, quizás, al trabajo

Monitores de Central, bailando
Bailar delante de los niños de Central requiere un escenario

Preparan también más coreografías para animar a los niños, de manera que estos cada vez se encuentren más enganchados con el baile y la música, siendo esta última algo nuclear en el programa de verano, en opinión de Luis.

El equipo de Medical
El equipo de Medical cantando durante su visita

Los niños, procedentes de los distritos (sangkats en jemer) más problemáticos de Phnom Penh ven en asistir al programa de verano una escapatoria a la rutina y, quizás, al trabajo, por eso eligen su mejor ropa y les encanta acicalarse para este evento diario durante el mes de agosto.

«Central es una máquina de destruir miseria», Chistian des Pallières, fundador de PSE

Citando a un compañero monitor que coordinó este subprograma años anteriores y a Christian des Pallières (Papy), Luis ve en Central la esencia de PSE, un gran equipo engrasado que funciona como un reloj con el objetivo de destruir la pobreza de cuantos más niños mejor.

Un niño comiendo una pitaya
Central triunfa cada día en poner una sonrisa a los niños, como el resto de centros del programa de verano

El patrocinador

El subprograma de Central es posible gracias a la ayuda económica de nuestro patrocinador Fundación Pelayo, al que agradecemos su aportación.

Un día en el camp