TEENAGERS: El futuro está aquí – patrocinado por el Torneo de golf Santander y Cuerva y Q Capital

Si hay un punto común para los jóvenes de todo el mundo, es, sin lugar a duda, la adolescencia. Ese momento de su vida en el que no saben qué hacer con su cuerpo en constante cambio, con sus emociones, incluso con su edad, ya que ya no son niños, pero tampoco adultos. No saben cómo percibir su futuro ni cómo interactuar con las personas. Es un periodo de la vida durante el cual estos futuros adultos pierden todos sus cimientos. Para ayudar a los jóvenes camboyanos de 14 a 19 años a dar respuesta a todas estas preguntas, PSE cuenta con un proyecto específico para adolescentes dentro del Programa de Continuidad Escolar. 

El programa Teenagers reúne a alrededor de 300 adolescentes y trata de mostrarles la importancia de estudiar y comenzar su vida de la manera correcta, enseñándoles primero cómo pensar por sí mismos. “Pueden pensar de la misma manera y procesar la información de la misma igual que nosotros. Pueden. Lo único que no tenían era la educación, no tenían a nadie que les hiciera pensar. Por eso estamos aquí. No les decimos qué hacer, sino que les enseñamos a reflexionar, del mismo modo que los adolescentes europeos aprenden a pensar por sí mismos», explica Ángela, una de las coordinadoras europeas del proyecto Teenagers.

Thibaut enseñando cómo tocar la guitarra a algunos de los adolescentes.

Aunque la mayoría de ellos han sido parte de PSE durante años, cuando alcanzan la edad de 15 o 16 años, quieren dejarlo y conseguir dinero de manera rápida y fácil. Es por eso que el Programa de Continuidad Escolar es esencial y complementa el trabajo realizado por PSE hasta el momento.

“La adolescencia es una edad crucial para el desarrollo de los niños. Necesitan prepararse en todos los aspectos para convertirse en adultos. Existen numerosas habilidades que deben entender antes de poner un pie en la vida adulta», dice Khemara, el coordinador jemer del programa. Para los 38 monitores, el programa de verano para adolescentes representa un gran desafío, ya que tienen que enseñarles mucho, «es mucha presión», admite Angela antes de añadir «es un trabajo enorme, pero muy bonito».

El programa de verano para adolescentes se organiza en torno a diferentes temas para sensibilizarlos sobre los aspectos que sean beneficiosos para ellos.

El programa de verano para adolescentes se organiza en torno a diferentes temas para sensibilizarlos sobre distintos aspectos que sean beneficiosos para ellos: emociones y empatía, vida saludable, habilidades comunicativas, oportunidades profesionales y confianza en ellos mismos. Cada uno de ellos sirve como guía para las actividades de la semana. 

La primera semana estuvo orientada a las emociones y la respuesta fue extremadamente positiva, especialmente porque la mayoría de ellos no tienen nunca la oportunidad de tratar el tema, lo que explica, en parte, por qué es tan difícil para ellos manejar sus emociones. “Para mí, entender un poco más mis propias emociones es útil. Porque, a veces, en casa, me siento estresado y deprimido, y es difícil cuando no encuentras a nadie que te ayude con esto. En el camp, me siento mejor porque puedo compartir mis problemas personales y hablar con los monitores, que me dan consejos que me ayudan y alivian”, comparte Tak Phally, un estudiante de 18 años que participa en el Programa de Continuidad Escolar para adolescentes por tercera vez.

La segunda semana se centró en exponer los beneficios de llevar una vida saludable. El lunes, los adolescentes comenzaron con actividades relacionadas con este tema. El miércoles, realizaron diversos talleres para enseñarles las dos opciones de vida que se les plantean: La mala, rodeada de juegos de azar, drogas y trabajos precarios; y la buena, sana y responsable. Para hacerlo, el equipo médico y el dental realizaron diversas charlas sobre los riesgos de las drogas y el alcohol o la importancia de tener una buena higiene, por ejemplo. También se responden las preguntas de los adolescentes que a menudo provienen de creencias antiguas y erróneas, especialmente sobre temas delicados como los periodos o el uso de anticonceptivos.

“La educación sanitaria es muy importante para los adolescentes, ya que están pasando por una etapa crucial de su desarrollo. Les ayuda a entender los efectos secundarios de consumir drogas, beber y fumar; y les incita a alejarse de ese mundo si no quieren caer en ese tipo de vida lleno de desventajas», Farit Man, monitor jemer del equipo médico.

Jóvenes atendiendo en una de las charlas que se les imparten.

Además de estos talleres, los monitores europeos también organizaron actividades comprendidas dentro de una feria. Juegos cortos e individuales,en los que los adolescentes ya no juegan en equipo sino uno por uno e intentan alcanzar una meta fijada de antemano, como llenar una taza vertiendo agua desde 1,5 metros de altura o encestar una piedra en una botella desde un metro de distancia. Para jugar tenían que pagar con el dinero ficticio que se les había dado, así que tuvieron que administrar bien su presupuesto. Y, una vez que gastaban todo, tenían que ir al banco y ganar más dinero haciendo flexiones, abdominales u otros desafíos físicos que verificaban lo que ya se les venía indicando: ganar dinero nunca es fácil. Cuando ganaban, recibían dos o tres veces el dinero que apostado. Pero las actividades estaban destinadas a perderse. Tal y como explica Manon, monitora por primera vez este año: La idea general detrás de estos juegos era enseñarles a los niños que el juego es peligroso, que ganar dinero es difícil, así como lo es administrar un presupuesto. «Esta actividad enseña a los adolescentes que el juego a menudo termina haciendo que pierdan todo el dinero que tanto les costó ganar. Tratamos de enviar mensajes con cada juego que hacemos».

Momentos antes de jugar una partida de bolos.

«Como adolescente tienes la oportunidad de expresar lo que necesitas y lo que quieres», Pelayo.

El proyecto Teenagers se diferencia de los demás por la gran importancia dada a los comentarios por parte de los niños. Ángela y Pelayo, los dos coordinadores europeos, y Khemara, la jemer, dedican tiempo a preguntarles a los adolescentes cómo se sienten y qué piensan acerca de la actividad anterior. Es esencial asegurarse de que entienden el mensaje de la manera correcta, pero también hacerles pensar en lo que acaban de aprender, a lo que acaban de jugar. Diciéndolo en voz alta, se les enseña a formular opiniones y pensamientos claros, individuales y que les diferencien de los demás. Además, dos veces a la semana, se les piden comentarios sobre la semana completa y sus necesidades generales.

“Les preguntamos sobre las salidas, su semana, sus necesidades, su tiempo libre, qué piensan de las actividades. Una de las diferencias que noté en comparación con los otros camps es que ahora ya no son niños, como adolescentes tienen la oportunidad de compartir lo que necesitan y lo que quieren», explica Pelayo, coordinador de Teenagers por primera vez este año. «Intentamos escucharlos y aportar una solución que solvente sus problemas».

Pelayo hablando con una de las adolescentes en PSE.

«El campamento de verano para adolescentes no está solo para pasar el rato, es una oportunidad para mostrarles la importancia de estudiar y el tipo de beneficios que pueden obtener si lo hacen», Pelayo.

Las cuatro semanas que dura el programa de verano, también permite a los adolescentes realizar algunas salidas a las que no tienen acceso en su vida diaria. Dos veces a la semana, los martes y jueves, a los trescientos adolescentes se les entrega una camiseta de color, uno distinto según el krom para que sean fácilmente reconocibles durante la excursión, y se acomoda lo mejor posible en los autobuses que los llevan al museo, al tribunal de justicia, al club de equitación o al parque acuático. Una de cada dos salidas es cultural, y la otra es más relajada para que los jóvenes puedan divertirse por un día de una manera a la que no están acostumbrados. También cuentan con salidas muy especiales que les introducen en el mundo laboral: en la cuarta semana, después de haber visitado todas las formaciones que PSE ofrece a los adolescentes, irán al Sofitel donde el gerente general de este gran hotel ubicado en el centro de la ciudad les hará un recorrido y enseñará a los chicos los diferentes trabajos existentes en ese lugar, para mostrarles el camino correcto que pueden tomar en sus vidas. «El campamento de verano para adolescentes no está solo para pasar el rato, es una oportunidad para mostrarles la importancia de estudiar y el tipo de oportunidades que pueden obtener si lo hacen», Pelayo.

Dos veces a la semana, Teenagers sale de excursión. En esta ocasión, visitaron los Killing Fields para descrubir algo más sobre la historia de Camboya.

PSE está pensando en implementar un nuevo programa de formación, de muy corta duración, entre tres y seis meses para empezar a enseñar conocimientos clave de cara al trabajo y habilidades comunicativas a los adolescentes para que no terminen tratando de conseguir dinero rápido y fácil. El objetivo detrás de esto es también mostrarles cómo los estudios pueden abrir nuevas oportunidades y que vale la pena esperar un poco más para ganar su propio dinero. Sobretodo porque reciben alguna compensación por parte de PSE cuando estudian, como, por ejemplo, arroz. Este tipo de programa ya existe para adultos en cuatro maestrías: costura, cocina, limpieza y tratamientos de belleza. La idea sería integrar a los adolescentes en grupos en estas capacitaciones para que aprendan los conceptos básicos de un oficio pero, sobre todo, a cómo comportarse en el trabajo y convertirse en opciones valiosas para sus futuros empleadores.

Los adolescentes aman el fútbol. Aquí, intentan superar a Eric en número de toques al balón.

Los jóvenes camboyanos siguen siendo adolescentes y comparten con cualquier otro del mundo el mismo deseo de libertad, la misma irritación por las reglas impuestas, la misma atracción por la vida contemplativa. Todo eso se tiene en cuenta y, aunque algunas reglas y actividades no son negociables, también tienen momentos comportarse de una manera acorde a su edad. Todos los días después de la siesta tienen tiempo libre durante el cual pueden hacer lo que quieran: hablar entre ellos, escuchar música en su teléfono o jugar a lo que quieran. Y, por muy sorprendente que pueda ser, muchos de ellos usan estos momentos para practicar deporte. Al igual que la siesta, se trata de ratos de los que los que los adolescentes no pueden disfrutar cuando están en casa.

«Puede parecer difícil, pero si lo haces con esfuerzo y desde el corazón, es muy fácil.”, Blanca.

Aunque a veces puede ser difícil lidiar con ellos, algo que según los monitores europeos no cambia mucho en el resto del mundo, resulta conmovedora la forma en que tratan de hablar inglés con sus monitores, su forma de percibirlos como sus modelos a seguir, su gran participación en lo que les ayude crecer como personas. «Están súper sonrientes y agradecidos. Eres un modelo a seguir porque para ellos eres lo que quieren ser, eres alguien que lo tiene todo y eso hace que te observen en todo momento. Puede parecer difícil, pero si lo haces con esfuerzo y desde el corazón, es muy fácil. Éramos adolescentes hace 5 años, sabemos lo que quieren, a lo que se enfrentan”, dice Blanca, monitora europea de primer año.

Complicidad entre una joven y Tristan, monitor por segundo año consecutivo del programa Teenagers.

Para algunos adolescentes que tienen la edad suficiente, este es el último Programa de Continuidad Escolar del que formarán parte, por lo que es la última oportunidad de que se les muestre la manera correcta de andentrarse en la vida adulta, la última ocasión que tendrán de estar con los monitores a los que ven como sus mentores y cuyos consejos escuchan con atención.

Khemara dejó claro el objetivo de este programa al decir: «Nuestro lema es ‘El futuro está aquí’ porque queremos que todos los adolescentes que se unan a este campamento puedan cambiar su vida de forma positiva».

PSE quiere agradecer a el Torneo de golf Santander y Cuerva y Q Capital por sus apoyos económico a este proyecto.


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