SMILE VILLAGE: Un pueblo como un hogar, una comunidad como una familia – patrocinado por Jamming, Jamms y Teatro Maravillas

Creado desde cero, Smile Village es una comunidad que fue cofundada hace cuatro años por PSE y una ONG de Singapur, Small Steps. Su proyecto era dar un nuevo lugar para vivir a familias que sus casas estaban destruidas por las inundaciones. Small Steps se ocupaba de todas las instalaciones de higiene, mientras que PSE construía el Centro de Servicio Comunitario para acoger y educar a los niños cuando sus padres trabajaban. A pesar de todos los esfuerzos realizados por ambas ONGs, muchos de los padres siguen trabajando en el vertedero y no es raro ver a niños cosiendo bolsas para los recolectores de basura. «Si no hubiera un campamento de verano, ayudaría a mi madre a coser las bolsas», dice Seangly, una de las niñas de la comunidad.

El centro de atención de Smile Village es el corazón de la comunidad.

El centro está ubicado en el centro del pueblo, abierto a todos. Durante todo el día, los niños corren a la paillote desde sus casas, que también son parte inherente del Programa de Verano. Esto es lo que hace único a Smile Village. Los monitores están trayendo mucha alegría, bailes y sonrisas a los niños, pero también a sus familias, con los que comparten la vida diaria durante un mes. 

Niños jugando en el parque azul de madera.

A 45 minutos de la sede del PSE en Phnom Penh, la paillote de color pastel acoge entre 80 y 110 niños por día, de 2 a 15 años. Dividido en dos grupos separados por un gran parque infantil azul de madera, el centro de atención de Smile Village es el corazón de la comunidad: bajo el gran techo de la cantina abierta, los niños comen y juegan todo el día, y algunas de sus madres se sientan a compartir una charla o ver a los niños jugar. A lo largo del patio de recreo, la ropa de la lavandería se seca en los arbustos.

«Esta paillote es muy diferente de las demás porque está en el medio de un pueblo, por lo que vemos a las familias todos los días y, como está abierto, vivimos con ellos», Pauline, coordinadora europea de Smile Village. «Vivimos la vida del pueblo, los padres están súper felices de estar aquí, incluso aunque hagamos mucho ruido». De hecho, los días en Smile están realmente ocupados, cada minuto es ocupado tanto por los niños como por los monitores en saltar, bailar, correr, competir en juegos Olímpicos… Hay muchos rituales que dan ritmo a sus semanas. La energía desbordante y positiva de Smile es contagiosa.

Ser monitor requiere de mucha energía, como puede verse en Smile Village.

Aquí , se presta una especial atención a los comentarios, pensamientos e impresiones de los niños.

Los brillantes niños de Smile responden perfectamente a las diversas actividades que se les ofrecen: corren tan bien como juegan a juegos de mesa o pintan máscaras. Todo está preparado para aumentar la curiosidad de los niños: lectura, juegos de cartas, talleres educativos o sesiones de dibujo sobre su futuro. Son particularmente aficionados a convertirse en maestros durante la clase diaria de jemer después de su clase de inglés. De hecho, los monitores se convierten en el mayor ejemplo al dividir las tareas y actividades en partes iguales entre los monitores europeos y los jemeres, aprendiendo el uno del otro.

Incluso en el día de los Piratas, los niños están invitados a compartir sus pensamientos e impresiones con los demás.

Aquí se presta una atención especial a los comentarios, pensamientos e impresiones de los niños. Todos los días, se les pregunta cómo se sienten, qué pensaron acerca del juego que acaban de hacer, qué aprendieron durante el mismo. Y sus respuestas son sorprendentemente reflexivas para niños de 9 o 10 años, a veces incluso más jóvenes. De hecho, evocan trabajo en equipo, cohesión y que siempre están dispuestos a compartir y analizar. “Al permitirles hablar tanto y tan a menudo, como sea posible, los niños se han acostumbrado a compartir en voz alta sus sentimientos e historias y lo hacen cada día con más confianza. Eso me hace sentir más cerca de lo que nunca he estado con ellos «, explica Candyce, monitora de segundo año. También disfrutan mucho la meditación diaria y es conmovedor y entretenido verlos esforzarse tanto para relajarse y tratar de calmarse después de la excitación de la mañana.

Mantener ocupados a los niños de Smile no es un trabajo fácil para sus monitores: son curiosos, están llenos de energía y hay que ser muy cariñoso con ellos, lo que requiere mucha imaginación y vitalidad. En esta paillote, cada día es visto como una nueva aventura y se refleja aún más los jueves cuando cada monitor se convierte en un nuevo personaje durante el día temático. Durante el día de los Piratas, por ejemplo, se han formado nuevos equipos, todos dirigidos por un capitán; uno de los hijos mayores de la paillote que se encargó de motivar a su equipo de un desafío a otro para reunir las piezas del mapa del tesoro escondido.

Paz ayuda al capitán y a su equipo a unir todas las piezas del mapa del tesoro que obtuvieron.

«Nos gusta organizar actividades especiales que los hagan jugar y les mantengan felices todo el día, como lo hicimos con el ‘Juego Pirata’», explica Bunthet Theoun, el coordinador jemer de la paillote.

La energía ilimitada de los niños y sus monitores rediseña la vida de toda la comunidad durante un mes.

Los niños aquí se comportan como una gran familia, todos se conocen muy bien y no hay lugar para la vergüenza o la ansiedad de estar todos juntos. Eso permite que ocurran momentos mágicos, durante los cuales los niños más pequeños cogen el micrófono para cantar bajo los vítores de todos. En este lugar, donde la mayoría de los niños son realmente pequeños, los mayores sienten una responsabilidad especial al guiar a sus kroms (equipos) y ayudar a sus monitores a hacer que los más pequeños canten o bailen. También es bastante común en Smile Village ver a uno de los niños que cuida PSE, llevando a su hermanita o hermanito con su biberón por la guardería mientras sus padres están ocupados trabajando. Como la paillote está ubicada en el centro del pueblo, los niños van y vienen durante todo el día.

En la comunidad de Smile Village, los niños se comportan como una gran familia.

Smile Village es el hogar de un centenar de niños, cuyas familias dan la bienvenida a los monitores del PSE en agosto como parte de su familia para que todos vivan codo con codo durante las cuatro semanas del Programa de Continuidad Escolar. La energía ilimitada, tanto de los niños como de sus monitores, rediseña la vida de toda la comunidad durante un mes, llevándoles risas, esperanza, alegría y, sobre todo, sonrisas.

PSE quiere agradecer a Jamming, Jamms y Teatro Maravillas por su apoyo económico a este proyecto.

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