El proyecto de construcción es fundamental dentro del Programa de Continuidad Escolar. En él, se encargan de reconstruir las casas de familias que no pueden permitírselo y que viven en condiciones inhumanas. “Con el campamento de construcción, se ha brindado mucho apoyo a las familias en las que sus casas están deterioradas por la necesidad de reconstrucción o reparación”, Bo Phearak, en su segundo año como Khmer monitor en el camp de construcción.
Se forma un grupo semanalmente durante las cuatro semanas que dura. Son los propios monitores de los diferentes camps quienes se ofrecen a formar parte también de este durante una semana, por lo que van cambiando constantemente los equipos.
Dentro de estas casas también viven niños, por lo que el equipo de construcción las reconstruyen a cambio del compromiso de que estos vayan al colegio, ya sea a PSE o a uno público
El Social Team es quien decide cuáles son los barrios y las familias que más necesitan de la ayuda de PSE en este sentido. Normalmente, dentro de estas casas también viven niños, por lo que el equipo de construcción las reconstruyen a cambio del compromiso de que estos vayan al colegio, ya sea a PSE o a uno público.
Esta semana han estado en el barrio de Veal Sbov, construyendo dos casas. En una de ellas, vivían los padres, cuatro hijos y la abuela. Eran tantos y la vivienda tan pequeña que, incluso, tenían que tener una cama fuera porque no cabían todos dentro. Era muy baja, y constantemente se les inundaba debido a las lluvias.

“Antes de la reconstrucción, me he enfrentado a muchas dificultades. Cuando llueve, mi casa está flotando. Entonces necesito mover muchos materiales a otro lado para evitar daños. Mi antigua casa era muy pequeña y no había suficiente espacio para que mis hijos estuvieran cómodos”, comenta, agradecido, Phat Kunthea, el padre de la familia que vive en la casa.
Ahora, la casa ha cambiado radicalmente: es espaciosa y con cierta altura para que todos puedan vivir a gusto.

La segunda de las casas es algo más pequeña, para una familia de un padre, una madre y sus cinco hijos. El padre es constructor, por lo que ha ayudado en gran medida a la reconstrucción de su propio hogar. Pero casi no tienen dinero para comer porque no tiene un trabajo estable y la madre no trabaja. “Necesitan un sitio donde vivir, y si no fuera por esto no podrían hacerse una casa”, comenta Nora, que ha estado en el proyecto de construcción en su primera semana en el Programa de Continuidad Escolar.

Se derriba la casa anterior, intentando reciclar los materiales que estén mejor conservados.
No hay un tiempo exacto para construir las viviendas, ya que cada una está en unas condiciones diferentes y los tamaños también son distintos. Lo que sí que sigue el mismo procedimiento son los materiales que se usan y la manera. Primeramente se derriba la casa anterior, intentando reciclar los materiales que estén mejor conservados. Se pelan los árboles y el bambú para que no sean peligrosos.
Se colocan troncos que hacen de pilares en el suelo, y se ponen unas traviesas. Sobre ellas, se colocan otras maderas más pequeñas, donde se empieza a clavar el bambú, que es lo que después será el suelo. Si no hay suficiente bambú, se puede reutilizar madera plana de la casa antigua. Después, se vuelven a colocar otras traviesas en los laterales, y seguidamente se hace lo mismo con el techo. Por último, se cubren las paredes y el techo con chapa. “Este año todas las casas son de madera y chapa. Otros años se han hecho algunas de ladrillo y cemento, pero son más caras y más pequeñas”, dice Andrea, coordinador del camp.
Pero el proyecto no acaba aquí. Después de esta primera semana, el equipo de Social tiene nuevas propuestas para el equipo de construcción en los barrios de Tropang Anchan, Sen Sok, Sovannah y Preyhour. Lo que les ocupará el resto de las semanas y conseguirán ayudar a aproximadamente unas cinco familias más.
Andrea está muy entregado a este proyecto, y su deseo es que todos aquellos que quieran formar parte de él, puedan hacerlo sin problemas. Por ello, tiene en mente escribir un libro acerca de todo lo que ha aprendido en cuanto a la construcción de este tipo de viviendas, para que les sea más fácil a los demás. “Lo que quiero hacer es escribir una especie de cuaderno de instrucciones, sobre cómo construir una casa camboyana de madera, chapa y bambú. Diciendo los pasos que hay que seguir, dependiendo del terreno en el que esté o las condiciones climatológicas”, describe Andrea.

Al ver el trabajo realizado por el equipo de construcción y las caras de las personas a las que entregan las casas, todo el mundo puede entender fácilmente que el proyecto de construcción no se trata tan solo de levantar tabiques, sino de cambiar vidas y construir sonrisas.
Estoy fascinada leyendo este bloc,se me caen las lágrimas ,viendo la pobreza que puede haber en este mundo sin que los gobiernos hagan nada,estén de brazos cruzados , siento mucho orgullo de todas las personas voluntarias que hacéis posible dibujar una sonrisa entre tanta penuria.Enhorabuena