¿CÓMO ES EL DÍA A DÍA EN CAMBOYA? El día comenzaba muy temprano… Nos dividíamos: algunos se quedaban en Central y otros salían a las otros centros de servicios comunitarios en los que se desarrolla el Programa de Continuidad Escolar en la unidad móvil. En Central comenzamos las actividades en las duchas, donde le entregamos a cada niño un cepillo con pasta dental, y les ayudamos con el cepillado. Posteriormente a eso cuando los niños estaban formados en el patio, íbamos pasando por las filas,  didiéndoles a los niños que abrieran su boca, para poder ir diagnosticando y separando según la gravedad de cada caso anotando su nombre en un registro, para luego identificarlos y llevarlos a la clínica dental que se encuentra en la misma Central. Cuando salíamos en la unidad móvil teníamos que adaptarnos a las condiciones de trabajo y estructurales con las que nos encontrábamos en cada centro. Al llegar se realizaba el diagnóstico de la misma manera que en Central, y después debíamos montar todo el equipamiento para comenzar con la atención. Aparte de la atención dental donde se realizaban principalmente exodoncias, todos los días realizábamos actividades preventivas, en las cuales, una vez más, era fundamental la ayuda de los estudiantes de odontología camboyanos ya que ellos realizaban las charlas y explicaban con un modelo de boca la técnica de cepillado.

¿CUÁLES SON LAS NECESIDADES BÁSICAS QUE MÁS URGENTEMENTE DEBERÍAN CUBRIRSE? Las necesidades son muchísimas, pero nuestra función en este mes de trabajo, es poder ser lo más resolutivo posible, tratar más que nada las urgencias, lo que les esté causando molestia o dolor a los niños. Ya cubriendo esta necesidad les estamos entregando a los niños calidad de vida. Este año se trabajó bastante en el área de la prevención, lo cual estoy convencida es importantísimo para cualquier proyecto dental. La prevención es una apuesta a largo plazo, donde hay que educar y concientizar a los niños sobre dieta cariogénica, malos hábitos y técnica de cepillado.

¿REPETIRÁS? Sí con toda seguridad repito el año que viene. El haber ido a Camboya, fue una de las mejores experiencias que he vivido. El haberme sentido tan útil me entregó una felicidad pocas veces experimentada. ¿CÓMO ANIMARÍAS A LOS PROFESIONALES DE TU SECTOR A IR? Más que nada les diría que la mejor forma de vivir nuestra profesión es desde el lado del servicio social. Y un lugar perfecto para desarrollar la odontología social es Camboya.