EL ENCUENTRO Cuando la encontramos había sido abandonada en el basurero. La familia, muy pobre se había quedado en el campo y a ella la habían enviado sola a Phom Penh para ganar dinero… Pero a sus diez años era aún muy débil para pelear por la basura. Éstos fueron sus comienzos. Los vecinos recogieron lo que quedaba de ella y nos la entregaron como un cachorro desvalido. Christian des Pallières —fundador de la ONG, más conocido por los niños como Papy— comenzaba  por entonces a hacer visitas a familias en las zonas más miserables de Phom Penh para dar con los niños en mayor riesgo de exclusión social, pero resultaba tan difícil escoger a los más pobres que pidió a los propios vecinos que le indicaran cuál era el niño que se encontraba en peor situación. Inmediatamente coincidieron en señalar a una niña: Maeu. Así fue como la inscribimos en nuestro primer Centro.

AYUDA PSICOLÓGICA Pero Maeu y su hermana Kosal, aún no habiendo sido declaradas o diagnosticadas oficialmente como discapacitadas sufrían una gran fragilidad emocional y psicológica. Ambas han tenido momentos muy difíciles: angustia, crisis de pánico, pérdidas de contacto con la realidad, tentativas de suicidio… Temimos por ellas en varias ocasiones, y finalmente se decidió que fueran asistidas psicológicamente. Durante las dos horas que duraba cada sesión con el terapeuta, prácticamente sólo se hablaba de la violencia en casa, tal era la necesidad que tenían de expresar el terror de lo vivido. EDUCACIÓN Si Kosal apenas cursó algunos estudios, Maeu por el contrario finalizó el equivalente al graduado escolar y siguió nuestra formación profesional como Asistente Infantil. Sin embargo, y a pesar de todo, es difícil olvidar aquel día en el que, de pronto, cuando aparentemente ella estaba bien, tuvo una crisis de ansiedad, en la que casi se arroja por el balcón de su clase. Afortunadamente, nunca más volvió a producirse algo semejante. En aquella época de tanta agitación y angustia, Maeu tenía una mayor necesidad de calma de la que podía hallar en un internado, así que provisionalmente fue confiada a una familia  de acogida. Tras su diploma, Maeu se ha ocupado de los niños de una familia durante un tiempo pero no pudo quedarse más, puesto que los padres de los niños fumaban mucho y a causa de su asma crónica terminó cayendo enferma. Como adolece de una cierta fragilidad, finalmente, hemos preferido contratarla para trabajar con los bebés en nuestra central. Con su dulzura  y  gentileza, transmite de forma natural seguridad a los más pequeños, ¡es realmente fascinante contemplarla cuando está con ellos! Es fácil pues, tras leer esta tremenda historia, entender nuestra emoción al saber del anuncio de su compromiso.

Asociación Por la Sonrisa de un Niño, España en Camboya 2014. ONG española inscrita en el Registro Nacional de Asociaciones con el número 584 943 © 2014 Por la Sonrisa de un Niño. Todos los derechos reservados.

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¿SECUELAS DEL MALTRATO? Durante días, Maeu no soportó que nadie se le acercara, aún menos que la tocaran. En verdad, tenía el aire de un perrillo apaleado y su semblante expresaba temor permanentemente. Poco a poco, a fuerza de paciencia y cariño conseguimos tranquilizarla, entendió que allí nadie iba a infringirle daño y finalmente comenzó a sonreír: una maravillosa sonrisa que nos conmovió y llenó, y que compensó inmediatamente el esfuerzo de meses por sacarla de su aislamiento emocional. Pero un día la familia volvió y con ella volvieron los problemas…  Maeu fue reclamada por sus progenitores y, de nuevo, se vio inmersa en una espiral de violencia, desnutrición y abandono. Ambos padres bebían, las peleas, golpes y gritos entre ellos eran la rutina de la familia. Desgraciadamente los hijos acusaban estos graves problemas con tremendas consecuencias: dos de ellos sufrían una seria discapacidad mental derivada de la situación familiar, otros cinco afortunadamente no corrieron la misma suerte e incluso uno de ellos ha llegado a ser profesor en nuestra Escuela de Negocios del Programa de Formación Profesional.