Christian de Pallières, fundador de
Pour un Sourire d’Enfant, murió el
pasado sábado 24 de septiembre en
Phnom Penh, a la edad de 82 años.
“HACÍA FALTA ACTUAR”
Christian descubrió, junto a su mujer
Marie-France, en el año 1995 cómo
cientos de niños trabajaban y hasta
vivían en el basurero de Stung
Meanchey. “Al ver ese espectáculo de
desolación, me fue imposible volver a
una vida normal. Hacía falta actuar,
dejar de taparse los ojos”. Esto decía
Christian en el reportaje “Les anges de
Phnom Penh” publicado, tan solo un
día antes de su muerte, por el popular
diario francés Le Figaro.
Tras comprobar, desolados, las
condiciones de vida de estos niños, el
matrimonio vendió todos sus bienes
en Francia y decidió mudarse a
Camboya para dedicarse
completamente a los niños más
desfavorecidos. Acababa de nacer
Pour un sourire d’enfant.
Desde entonces Christian ha dedicado
su vida a ayudar a más de 10000
niños, proporcionando un futuro digno
a generaciones totalmente
marginadas. Haciendo de PSE un
centro de educación de referencia en
Camboya.
MÁS DE 10000 PERSONAS LE
RINDIERON SU ÚLTIMO
HOMENAJE
Los días que siguieron a su muerte
fueron de gran intensidad tanto en el
centro de PSE en Phnom Penh como
en toda la capital; Camboya despedía
así a uno de sus más ilustres
ciudadanos.
El cuerpo de Christian fue velado y
expuesto dentro de una vitrina en el
centro de PSE. Ante él desfilaron gran
cantidad de, tanto niños como
jóvenes y mayores. La Reina-madre
del país, de la cual recibió la
nacionalidad camboyana, también
estuvo presente, conmovida, para dar
el último adiós a quien consideraba
un amigo.
El lunes siguiente, una marea de más
de 10000 personas, caminando en
motocicletas o en autobuses,
acompañaron al féretro hasta una
pagoda situada en Smile Village.
UNA VIDA ENTREGADA POR LA
SONRISA DE UN NIÑO
“Nací en un castillo en Normandía y
voy a morir cerca de un basurero. Sin
embargo, ya puedo marcharme de
este mundo tranquilamente. Con
Leakhena —hija del matrimonio y
encargada de servicios sociales—
nuestra sucesión está asegurada.
Tengo la felicidad de haber construido
mi vida, de haberlo dado todo por la
sonrisa de un niño…”. Con estas
solemnes palabras para el artículo de
Le Figaro Christian parecía quedarse
en paz con el mundo.
En esta aldea de las sonrisas
desarrollada por PSE, su restos fueron
cremados. El miércoles posterior,
Marie-France, esposa junto a los hijos
del matrimonio esparcieron parte de
sus cenizas en el antiguo vertedero de
Stung Meanchey. Una gran multitud
participó en el acto que devolvió las
cenizas de Christian al lugar donde
todo comenzó hace ya 21 años.
De entre todas las personas que
participaron en el cortejo fúnebre hay
que destacar a antiguos alumnos que
acudieron junto a sus cónyuges e hijos
para rendir tributo y dar las gracias a
quien, a través de PSE, les aseguró
una vida digna.
Christian de Pallières, Papí.
Christian y Marie-France de Pallières paseando juntos por PSE.
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